Sobre el sentido de nuestra existencia

Cito a Viktor Frankl al decir "yo no considero que nosotros inventemos el sentido de nuestra existencia, sino que lo descubrimos." No es solamente que haya leído su obra e inmediatamente sintiera la necesidad de continuar su divulgación. Hace mucho que terminé de leer "El hombre en busca de sentido". Hace mucho que no pensaba en esas líneas impresas. Y, sin embargo, es como si nunca me hubiera desprendido de ellas. Algunas citas me acompañan continuamente, como si el problema existencial no me abandonara nunca y el intelecto no tuviera otro remedio que agarrar periódicamente de la memoria cápsulas curativas de sabiduría escrita. Yo tampoco considero que el sentido de una vida pueda nacer de ella misma, como si fuera una simple expresión del ser humano, un "mecanismo de defensa" con el que resguarda su intimidad. Pienso que el sentido es "algo que hace frente a la existencia", de otra forma "perdería inmediatamente su carácter de exigencia y desafío; no podría motivar al hombre ni requerirle por más tiempo." El sentido debe comparecer ante el hombre para guiarlo, para ayudarlo a conducir su vida. Pienso también –creo no estar solo en esta cruzada– que el hombre debe descubrir ese sentido, que se presenta ineludiblemente ante quien lo busca. Solo quien emprende este camino vive. El resto –esto no lo dice V. Frankl–, sobrevive.