Pronto arribará la vida


Cientos de semifusas se apresuran a llegar al corazón de aquel buen hombre. Hace mucho que las redondas se perdieron en el torrente sanguíneo. Lo mismo sucedió con las blancas y las negras; no lograron mantener la necesaria velocidad para seguir navegando por aquellas vías altamente transitadas. Solo las fusas, aunque en número reducido, continúan su travesía en aquellos ríos de sangre. Parece que todavía les queda alguna posibilidad de sobrevivir. Sin embargo, lo más seguro es que permanezcan un poco más y luego, al cabo de un pestañeo o un movimiento brusco del diafragma, encuentren su destino junto a las demás figuras musicales. Sí, solo es cuestión de tiempo para instaurar la supremacía de las semifusas. Pronto llegará ese momento y cuando lo haga el buen hombre sabrá que la vida por fin ha tocado su puerta, que la vehemencia propia de la música ha llegado para establecerse en su alma, un alma nacida para soportar esas apasionadas figuras, ese impetuoso flujo de savia vivificadora.

Para Santi

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