¿Diálogo entre doctores?

Para Diego

Si me preguntan, diría que es más bien pequeño. Sí, no creo que llegue a mediano. ¿El peso? Eso te lo puedo responder sin pensar, inmediatamente: pesado. No más que una “vaca en brazos”, pero sí bastante pesado. La verdad, era un tumor curioso que logramos extirpar sin problemas… pero me parece que no es el mejor momento para hablar de estos temas. Después del almuerzo conversamos de la cuestión. Ahora disfrutemos del buen vino, el argentino, y de la comida de esta “mi tierra linda el Ecuador tiene de todo, ríos y valles…”. Pero, bueno, creo que estoy hablando demasiado. Entonces, ¿qué me cuentas?

(…)

¡Ah! Pero, espera, no sé si te conté lo que me pasó la otra vez. Estaba tranquilo cuando vino un joven y me dice: “brer, esta man está a punto de pasar al otro mundo. Atiéndala.” Pensé: “weón, cómo es posible que alguien hable así.” Y empecé a analizar cada palabra de la oración y la posible relación entre ellas. Brer: palabra proveniente del inglés brother que en español significa hermano; su pronunciación ha ido degradándose desde broer hasta llegar a brer; seguramente la usa no para referirse a mí como hermano, sino para entablar una relación más cercana, quizá esperando que le cobre menos. Man: otra palabra gringa, esta vez pronunciada correctamente, aunque utilizada de una forma llamativa; esta man, cuya traducción sería, esta hombre; tal vez, quería hacer alusión al aspecto un poco varonil de la mujer, pero no sé, no sabría decirte exactamente cuál era su intención al usar esa combinación de palabras. El resto entendí perfectamente, pero pasó un poco de tiempo hasta que pude reaccionar… 

Pero, no me has contado qué has hecho de tu vida. Dime, no seas tímido. Sigues tan callado como antes… a ver, cuéntame. ¿Qué dices? ¡Que es tu cumpleaños! Haberlo dicho antes, hombre, me hubiera ahorrado tantas palabras. ¡Felicitaciones!

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