Sueños

Último Camino

Es una de esas noches en las que apenas puedes divisar tus manos. Te despiertas agitado en tu cama. Abres los ojos e intentas ver a tu alrededor la causa de tu alboroto. No ves nada, así que intentas levantarte.

Intentas levantarte del lado izquierdo, pero… te golpeas contra la pared. Aun así vuelves a intentarlo. Esta vez la pared cede y caes junto con ella hacia el jardín. Te levantas y miras a tu alrededor. No puedes ver mucho más allá porque, por un lado, te rodea una selva espesa iluminada únicamente por la luz de la luna; por el otro, un inmenso edificio que remplazó a tu casa.

Para una persona como tú lo lógico hubiera sido entrar en el edificio, pero, tal vez por eso, decides entrar en la selva. Descubres que se va haciendo más oscuro conforme caminas hacia el interior. Te parece haber vivido esto antes. Intuyes que algo va a aparecer en cualquier momento si sigues avanzando.

El instinto de supervivencia es muy grande. Te quedas quieto, aterrado por la sensación de estar siendo vigilado. A tu alrededor, la oscuridad lo llena todo y amenaza con invadir tu interior. Escuchas ruidos por todos lados. De repente, una rama se rompe debajo de ti. Descubres que has estado caminando sobre los árboles, pero es muy tarde para hacer algo porque ahora estás cayendo hacia el piso. Caes y se hace eterno el tiempo de la caída. Te golpeas con varias ramas más hasta que de pronto sientes el golpe contra el suelo. Estás en una cueva levemente iluminada por una luz roja...

FIN... ¡por fin!

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