Tercer camino
Es una de esas noches en las que apenas puedes divisar tus manos. Te despiertas agitado en tu cama. Abres los ojos e intentas ver a tu alrededor la causa de tu alboroto. No ves nada, así que intentas levantarte.
Te levantas del lado derecho y sientes todo tu cuerpo abatirse por la gravedad. Caes aparatosamente por un túnel muy largo que gira constantemente. Gritas asustado mientras resbalas por el tobogán, esperando llegar al final. De repente, sientes el dolor al golpearte contra el suelo arenoso del final del túnel. Te levantas y miras a tu alrededor. Es una cueva levemente iluminada por una luz roja.
Decides regresar por el túnel. Miras en su interior y observas que es un túnel recto y bien iluminado. En tu cabeza resuenan unas palabras que has escuchado en alguna ocasión: “No vayas hacia la luz”. Pero no haces caso. La luz es irresistible y atraviesas el túnel con prisa. Ahora solo sientes felicidad, porque estás en el Cielo.
FIN
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